¿Porqué llora un niño?

Para determinar las posibles causas de las dolorosas y taladrantes lágrimas infantiles, seleccioné una muestra representativa que ya hubieran querido en CSI: una niña de 4 años y un niño de 20 meses, y para añadir más leña al fuego, hermanos. Tras realizar una ardua labor de investigación, he llegado a las siguientes conclusiones:
1. Los niños lloran porque es su obligación. Cuando nacemos, todos tenemos un mínimo de llanto al día que debemos alcanzar, cueste lo que cueste. Ni chinchetas en el pie, ni hambre, ni mocos, ni fiebre, ni caídas... nada de esto influye, ellos pueden con todo eso y más... La realidad es otra: ésta es la línea base del estudio: "no existirá un día en el que no escuches el llanto de un niño". Si aceptas esto, lo llevarás mejor, créeme...
2. La niña (el superius) siempre llorará un 35,68% más que el niño (el minus). Esto se debe a los bien llamados "celos". Si ofreces al pequeño un pedazo de pan ella hará un puchero, se cruzará de brazos y se irá lloriqueando hacia el rincón más lejano de la habitación, suspirando, hasta que le preguntes qué le pasa. "¡¡¡Es que yo quería ese trozo de pan!!!" Ojo al matiz: ella siempre quiere lo que le des al otro, aunque sea un supositorio!!


Bien, una vez expuestos los resultados de mi investigación, continuaré avanzando en estos inhóspitos menesteres de criar, donde cada día descubres lo sumamente hábiles que son estas criaturas a la hora de tocar las narices, encima, de forma involuntaria. Es que son así, simplemente, no lo pueden evitar...
Estaré encantada de acudir a Estocolmo a recoger mi Nobel a la Paz por mi aportación a la tranquilidad y bienestar de una familia cualquiera... sólo recuerden que tiene que ser entre las 18h y las 20h (entre la merienda y la cena), porque sino se rompe la rutina diaria y se me jode la ya delicada movida de acostarlos... eso lo cuento otro día...
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